El dinosaurio recién nombrado fue maltratado por una enfermedad y un depredador, pero ahora es famoso
Bill Shipp no es un médico de dinosaurios. Ni siquiera es paleontólogo. Pero cuando observó el esqueleto de la criatura que descubrió en su rancho de Montana hace 10 años, un antiguo dinosaurio con cuernos al que llamó Judith, era evidente que había pasado por mucho.
Uno de los huesos de su pata delantera mostraba signos de artritis avanzada que le habrían hecho casi insoportable caminar. Un agujero del tamaño de un cuerno en su cráneo parecía haber sido perforado por un miembro de su propia especie durante un ataque. Y los restos estaban cubiertos de marcas de dientes enormes y afilados, probablemente dejados por el depredador que provocó su prematuro final.
Pero la historia grabada en estos antiguos huesos no es sólo una tragedia. Aunque son la prueba de la difícil vida de Judith, los fósiles también atestiguan su increíble resistencia: los anillos de crecimiento en la espinilla demuestran que sobrevivió a la enfermedad y al ataque.
Y, 76 millones de años después de su muerte, parece que Judith tiene la última palabra: esta semana se expone en el Museo Canadiense de la Naturaleza, como primer representante de una nueva especie.
Un estudio de los restos de Judith, publicado el miércoles en la revista PLOS One, ha revelado que se trata de un pariente desconocido del triceratops. Cuando estaba viva, probablemente era un espectáculo para la vista: Con un peso intermedio entre el de un rinoceronte y el de un elefante, su enorme nariz en forma de pico podía arrancar la vegetación con la precisión de un bisturí, mientras que sus cuernos, que apuntaban hacia los lados, habrían advertido a otras criaturas de que no se acercaran demasiado. Un enorme volante con pinchos en la nuca avergonzaría a los cortesanos isabelinos más sibaritas.
El equipo de investigación de Judith, dirigido por el paleontólogo del Museo Canadiense de la Naturaleza Jordan Mallon, bautizó su especie como Spiclypeus shipporum; el nombre del género, que significa "escudo con púas", hace referencia al tremendo volante del cuello de Judith, mientras que "shipporum" honra a su descubridor.
Según Mallon, Judith habría vivido hace 76 millones de años, en una época en la que el norte de Montana se encontraba a orillas de un estrecho mar interior que dividía América del Norte en dos. Las recién formadas Montañas Rocosas se alzaban sobre un paisaje cubierto de coníferas y praderas de helechos, y enormes criaturas -estegosaurios con sus cuerpos acorazados y temibles colas con garrote, hadrosaurios con pico de pato, tiranosaurios carnívoros con dientes como cuchillos de cocinero- dominaban la escena.
La especie de Judith era sólo una de las varias especies de dinosaurios con cuernos que existían en aquella época, y habría distinguido a sus posibles parejas -y a sus potenciales enemigos- por la orientación muy particular de los cuernos y las púas de sus enormes volantes.
"Era un ecosistema muy diverso en aquella época, así que tenemos todas estas preguntas sobre cómo vivían juntos y evitaban competir y quién comía qué", dijo Mallon. "Judith encaja en ese panorama más amplio… y nos ayuda a entenderlo".
Cuando las nieves se derretían, los arroyos que bajaban de los picos helados de las Rocosas habrían desbordado las orillas, inundando el hábitat de Judith primero con agua y luego con una gruesa capa de sedimentos. Estos depósitos mantuvieron los antiguos esqueletos perfectamente conservados -como una capa de cacahuetes de embalaje geológico- durante milenios de cambio global.
Los huesos permanecieron enterrados cuando un asteroide se precipitó en el Golfo de México 10 millones de años después, iniciando la misteriosa cadena de acontecimientos que condujo a la extinción de todos los dinosaurios no avianos. Sobrevivieron al desplazamiento de los continentes, a la expansión de los glaciares, a la subida y bajada del nivel del mar y a la llegada de los humanos.
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